PENSAMIENTO, CONDUCTA Y EMOCIÓN

Entender cómo funciona nuestra mente y como nuestros pensamientos afectan a nuestra manera de actuar y de sentirnos, no es tarea fácil. Con esta nueva entrada en el blog pretendemos ayudaros a entender un poco mejor cómo funciona la estructura del pensamiento y la influencia que éste tiene en nuestra conducta y por tanto en nuestro sufrimiento.

El pensamiento es el determinante más importante de nuestras emociones, si bien es cierto que los hecho influyen en las emociones, no son la causa de éstas, en realidad la causa de nuestras emociones no son los hechos ni las situaciones en sí mismas, sino más bien lo que condiciona y causa las emociones es la interpretación y evaluación que hacemos de estos hechos o situaciones . Por eso es habitual encontrarnos que ante una misma situación las personas pueden reaccionar de formas totalmente diferentes y diversas, debido a que cada una de ellas hace una interpretación diferente de esa situación, y esa interpretación es la que marca nuestra respuesta emocional.

Del mismo modo, nuestra forma de pensar y de sentirnos guiará nuestra forma de actuar. Por tanto, los pensamientos, las emociones y las conductas son tres aspectos psicológicos que están íntimamente relacionados, de manera que un cambio en alguno de ellos producirá alguna modificación en los otros dos.

Nuestra forma de pensar, es decir nuestras creencias, se van formando a lo largo de nuestra vida  en  relación a todo aquello que nos rodea y a los acontecimientos que nos van sucediendo, es lo que  en psicología llamamos esquemas cognitivos básicos, estos esquemas están en la base de las distorsiones cognitivas que son pensamientos automáticos irracionales que en la mayoría de ocasiones nos hacen distorsionar la realidad que nos rodea. Para que podamos entenderlo mejor vamos a poner un ejemplo:

Si toda la vida he pensado que no soy lo suficientemente bueno o inteligente (esquema cognitivo básico), seguramente ante un fracaso escolar o laboral pensaré «no voy a poder hacerlo, nada me va a salir bien nunca» (distorsión cognitiva) y este tipo de pensamiento seguramente me hará sentir francamente mal.

La terapia cognitiva tiene como objetivo reconocer estas distorsiones e intervenir cambiando nuestro pensamiento o nuestra conducta para de este modo conseguir emociones diferentes.

En ocasiones resulta difícil hacer este tipo de cambios nosotros mismos, por lo que la  ayuda de un profesional de la psicología en situaciones como esta será fundamental e imprescindible.