Síndrome postvacacional

El síndrome postvacacional o depresión postvacacional hace referencia a la ansiedad o presión emocional que sentimos y debemos afrontar al readaptarnos a la rutina laboral después de un período de vacaciones en el que hemos perdido el contacto con nuestras rutinas diarias. Se trata de un proceso adaptativo que en algunas personas puede resultar difícil de realizar.

La principal causa de la depresión postvacacional es la sustitución de días de descanso, ocio, y disfrute por largas horas de trabajo que en muchas ocasiones nos llevan a descuidar cualquier otro tipo de actividad que no sea el trabajo. Además la reducción de las horas de sueño y descanso junto con el aumento de la responsabilidad hacen que sea normal que las personas sintamos cierto desanimo. El verdadero problema surge cuando esta sensación de desánimo generalizado se prolonga en el tiempo. En estos casos pueden aparecer síntomas compatibles con trastornos ansiosos, depresión y estrés que entonces requerirán de ayuda profesional para poder ser superados.

Para poder llevar a cabo este proceso adaptativo de forma adecuada os recomendamos seguir unos pasos muy sencillos que harán que vuestra vuelta a la rutina sea más llevadera:

1. Levántate pronto unos días antes de empezar de nuevo tu jornada laboral.

Adaptarse con anterioridad a los horarios habituales nos ayudará a sentirnos con mayor energía y sentir menos cansancio.

2. Vuelve de tus vacaciones unos días antes de reincorporarte.

Esperar hasta el último día de vacaciones para volver a casa tiene sus ventajas (aprovechamos más y sentimos que hemos disfrutado de nuestras vacaciones hasta el último momento) pero también sus inconvenientes. Por ello se recomienda aclimatarse a las rutinas diarias de forma paulatina para prepararnos física y mentalmente a la vuelta al trabajo.

3. Tómate el primer día con filosofía.

Si piensas en lo bien que lo pasaste de vacaciones y lo duro que resulta volver al trabajo lo único que conseguirás es amargarte y lamentarte. Debemos intentar tomarnos nuestra vuelta al trabajo como una jornada laboral más y pensar en las cosas positivas que tiene la vuelta (volver a ver a los amigos, la familia, los compañeros con los que nos llevamos bien, los propósitos laborales que tenemos, las ambiciones…).

4. No pretendas abarcar todo el primer día.

Organízate, márcate unos objetivos y recupera tu ritmo de trabajo poco a poco. Los primeros días de trabajo no te lleves trabajo a casa. Aprende a decir que no y no intentes abarcar todo.

5. Aprovecha las horas.

Existen dos opciones para afrontar la vuelta al trabajo, pensar en los días que quedan para las próximas vacaciones (opción que solo servirá para deprimirte y amargarte) o pensar en cómo voy a aprovechar todas las horas del día (puesto que no nos pasamos 24 horas en el trabajo) y que actividades de ocio voy a realizar los fines de semana, las horas libres o los días festivos. Márcate objetivos, metas, proyectos para disfrutar del tiempo libre, recuerda que la vuelta al trabajo no implica no tener tiempo para satisfacer las necesidades de ocio y descanso.

6. Busca algo que hacer todos los días.

 No permites que tu día a día tenga como único objetivo cumplir con las responsabilidades laborales, levántate todas las mañanas con algo que hacer tras la jornada laboral, hay que saber conciliar la vida laboral con la personal. Concédete pequeños placeres todos los días (ves al cine, a tomar algo con los amigos, sal a cenar fuera, date un baño relajante, da un paseo …).

7.  Practica ejercicio físico.

 El ejercicio físico es el gran enemigo de la depresión. Ayuda a desconectar de los quehaceres diarios y es excelente para el cuerpo y la mente, así que no dejes que te venza la pereza.

8.Fíjate en lo positivo.

 Durante el día siempre nos pasa alguna que otra cosa positiva, por pequeña que sea, céntrate en estas pequeñas cosas y corta los pensamientos recurrentes que sólo hacen que aumentar tu ansiedad y la sensación de desmotivación y decaimiento.